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jueves, 21 de enero de 2016

Agua para dar de comer a los pobres



Agua para dar de comer a los pobres

 Desde tiempos inmemoriales los naturales aposentados en estos lugares aledaños al lago Titicaca, lado sureste contiguo a la línea limítrofe con Bolivia, en épocas de ausencia de precipitaciones pluviales practican, como sus ancestros, hacer que el medio ambiente o la atmósfera se llenen de nubes para llover y humedecer la pachamama o la santa tierra, para que dé fruto. Por costumbre estas prácticas se realizaban en los ayllus del actual territorio del distrito aymará de Conima, provincia de Moho, a cargo de una autoridad llamado Marani (dueño del año). Eran elegidos en asamblea para cada ciclo agrícola, o sea, para el cuidado riguroso de todas las chacras del ayllu desde la siembra hasta la cosecha, personas de mayor edad que todos debían respeto.

Cuando ya existían indicios de sequía o no llovía para comenzar con los preparativos para la siembra, esta autoridad llamaba a una asamblea, en esta reunión se nombraba una comisión que se trasladaba hasta la cordillera llamada Callisani Kunka, ubicada en la cadena oriental de nevados perpetuos, en la misma cadena de montañas donde está situado el nevado Palomani, contiguo al río Suches, en el territorio de Bolivia. La finalidad era acarrear agua en un cántaro entre quince a veinte litros; a esta porción de líquido los naturales la conocen con el nombre de Tullqha Uma (tullqha = yerno / uma = agua).

La cordillera se encuentra a una distancia de dos jornadas y más desde Conima. La caminata comenzaba al primer canto del gallo, más o menos a la una de la madrugada para llegar a la entrada del sol al día siguiente de la partida, en las proximidades de la cordillera Callinsani Kunka; en esta cordillera se encuentran situados varios pozos o cochas de agua diseminados indistintamente.

 Los principales eran tres juntos: en uno de ellos la masa de agua era de color verde–azul; en el otro de color blanco; y en el tercero de color negro. 14 Para sacar el agua de uno de los pozos la delegación en plena cordillera debe cumplir con una ceremonia ritual como pidiendo la autorización o licencia con mucho respeto y fe de los achachilas, auquis (abuelos o ancianos) y de la concha ahuicha o Mama Concha (abuela), dueños de esos lugares y del agua. Entregaban una ofrenda o mesada que era preparada por los yatires (yatires = sabedores). La mesada constaba de hojas de coca, cebo de llama, piel de gato montés, flores de clavel rojo envueltos en lana de llama, brindando con coca ahuicha y achachilas con chicha de quinua y maíz en dos queros grandes de madera de quinua. Toda esta ceremonia era pidiendo permiso para llevarse un cántaro de agua como yerno para regar sus tierras.

Cumplidos con cariño dichos menesteres, en el momento menos pensado los pozos de agua producían una emisión repentina y violenta con burbujas grandes y pequeñas de color azul, verde y blanco. Cuando era de color azul arrojaban el cántaro amarrado en un cordel de lana de llama, extraía el agua de inmediato.

El comisionado más joven cargaba en su espalda el cántaro con agua yerno, y se regresaba a trote sin mirar o voltear hacia atrás hasta una distancia de una legua sin descansar, allí esperaba otro comisionado, así sucesivamente llegaba el agua yerno a Conima. Para el acto de recepción del agua yerno todos los naturales del ayllu esperaban reunidos encabezados por la autoridad Marani. A la llegada, un grupo de mujeres adornaban el cántaro con flores de cantuta y claveles con cariño y fe; a la vez eran mojados totalmente con chicha los comisionados. No importaba la hora de llegada sea de día o de noche para hacer bailar al agua yerno que también era nominado. Uno de ellos cargaba el cántaro en su espalda en un aguayo de color negro; el baile lo realizaba al compás de la música de jacha pinquillos (quenas grandes) y cajas que generalmente eran para este acontecimiento. 15 Recopilado por escolares peruanos para las generaciones presentes y futuras Todos los concurrentes participaban haciendo bailar al agua yerno, vestidos de color negro, agarrados con las manos en hileras tanto varones como mujeres, libando abundante chicha conforme iban bailando.
 A cierta hora el cielo empezaba a nublarse, continuaba a no descansar, luego empezaba a llover; este acontecimiento duraba varios días hasta que lloviera.

Cumplidos los propósitos se guardaba el agua yerno en un rincón oscuro dentro de una habitación. En este acto todos bebían chicha tanto mujeres como varones y niños, también mascaban coca. Cumplían un papel importante las fases de la luna Nueva (huahua phajsi). Si en ésta no surtía, lo hacían en luna Llena (urtha). Para trasladarse hasta Callinsani Kunka tenían que empezar faltando varios días para la lunación. El yerno debe llegar justo el día de la luna Nueva o Llena, caso contrario no se cumplía el suceso. Las autoridades llamadas Marani tenían como asistentes y/o ayudantes a varios yatiris (sabedores); ellos tenían como misión dialogar con las hojas de coca e interpretar y consultar los sueños de él y de otras personas para escoger y nominar a aquellos que poseían el don para traer el agua yerno. Cualquier persona no integraba la delegación.

Estas prácticas ancestrales están desapareciendo. En algunos ayllus reviven en épocas de prolongada ausencia de lluvias, ya no traen de la cordillera Callinsani Kunka, tampoco proceden como los antepasados. Los naturales de estas regiones conocían desde sus ancestros aquella cordillera.

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Lectura Totibound Published @ 2014 by Ipietoon